lunes, 10 de agosto de 2009

Introducción de ensayo: Gran Torino

Walt Kowalski aborrece el mundo post-moderno que lo rodea. Gran Torino(2008) es así, una voz de protesta que Cleant Eastwood lanza contra la sociedad norteamericana y que maquilla dentro de una historia conmovedora. Una fórmula inteligente y efectiva.

Pero no es el lado artístico el que promueve este artículo, sino mas bien el trasfondo social que desea comunicar el director y actor norteamericano de 69 años sobre el decaimiento de los valores supuestamente anticuados que las nuevas generaciones ignoran y hasta repelen.

Es así que el personaje principal, veterano de la guerra de Corea, se encuentra acorralado entre un barrio y una familia con la cual ya no se siente identificado, sino, por el contrario, repudia. Todo en lo que Walt concentraba su aprecio dentro de todo este saco de inmoralidad gringa se concentraba en dos cosas: su esposa y un ford gran torino deportivo de 1972.


En la soledad en la que se destina, Kowalski pierde toda esperanza de que pueda existir, en aquel barrio invadido de nuevos inmigrantes, una luz de decencia. Desconfiado, poco a poco realiza que los descendientes del pueblo que aniquiló en la guerra guardan aún los valores que su sociedad perdió y no supo transmitir a las siguientes generaciones.

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