lunes, 3 de agosto de 2009

Y yo, bueno si alguna vez te causé problemas...

¿Con qué palabra o frase hubiera exteriorizado mi reacción ante la llegada de Coldplay a Lima, hace aproximadamente 6 o 7 años?

Estoy casi seguro que sería la misma que diría ahora. Ahora que dejé sus discos empolvados o que simplemente se extraviaron por falta de uso o por vergüenza de que muchos amigos te tomen como "maricotas". ¡¿Qué hacía un seudo, tontamente autoproclamado anarkopunkeke, quien disparaba 1000 palabras rabiosas por minutos contra el sistema, escuchar las canciones de estos chicos ingleses que musicalizaban cabronamente (armoniosamente) letras cursis?!!!. Leusemia y Narcosis con los "camaradas" en las calles. Coldplay, en pijamas en mi cuarto.

Era una subversión musical y supongo que eso también ayuda a la emoción y al cariño que uno toma a las cosas, como yo le tomé cariño al "Parachutes"(2000). Ahora trato de pensar cuál fue el motivo para alejarme del grupo de brit pop, de los sonidos de guitarra acústica del hasta ese momento desconocido Chris Martin. ¿Es que en verdad le hice caso a mis amigos y reemplacé las guitarritas melodiosas por los sonidos estridentes de Sucio Policía (¡Que viva Narcosis carajo!)?

Todo iba bien con Coldplay. Yellow es aún ahora, cuando la escucho, una gran canción con gran letra, acompañado de un video original, hasta para mi corta cultura literaria, poético. Chris Martin cantando "You know...I love you so" mientras camina a orillas del mar. Cuando, de pronto...el alba. Don't Panic, Trouble y Shiver (los otros singles que presentó la banda londinense) afirmaban aún más el estilo del disco y dejaba claro que el brit pop del siglo XXI dejaba bien parada la herencia de la segunda invasión del pop inglés a América (Radiohead, Oasis y Blur).


Compré el disco, lo escuché varias veces (todas las que duró antes de rayarse), apreté "repetir" no sólo a las canciones de los videoclips sino también a las seis restantes que se escondían más tímidas, musicalmente hablando, que las más conocidas, pero que redondeaban formidablemente un disco con personalidad, tenebrosamente cursi, hechas en y para escucharlas en vivo en un café o bar pequeño, bajando el volumen a los amplificadores para que se escuche íntimo, enmascaradamente efímero y espontáneo como melodías que uno crea, va uniendo y silbando al azar en momentos de inspiración. Más de ocio.

Dos años esperé, con el Parachutes rayado por el uso, para escuchar qué nueva sorpresa me daban los ingleses. Bien, me encontré con A rush of blood to the head (2002), disco de rifts obvios, meloso, funcional y predecible, pero que pegaba al fin y al cabo. Este, al contrario de su predecesor, gritaba, vociferaba al aire las canciones de amor, ya no era una colección de canciones intimistas que hacían emerger del mar calmo de Studland(videoclip de Yellow) los sentimientos, como burbujas solitarias que explotaban con suma delicadeza. A rush of blood las expulsa como lo hace el agua hirviendo, las grita como para ser tocadas en conciertos multitudinarios, ya no en cafés, y se la deja fácil a las masas (principalmente a las gringas) que las reciben y las acogen como lindas, tiernas y melosas canciones de amor. En ese momento aborrecí a Chris Martin y a su pandilla por prostituir su música, por regalarle las canciones a MTV para que sean pasadas después de alguna canción de los Backstreet Boys y que las puedan escuchar esas mismas personas. Ahora se que tuve una postura extremista, radical y agresiva contra aquel producto comercial que había decidido ser Coldplay. Sabía que no volverían a hacer algo como Parachutes y que habían pasado a ser un muerto en vida, un recuerdo melancólico en cada una de esas diez canciones de lo que fue y pudo llegar a ser. ¿Un desperdicio? Eso yo no lo puedo responder, cada uno debe sacar sus conclusiones.

Lo único que podría concluir, ahora que ya no tengo tantos prejuicios musicales, sobre el disco de In my place, es que hubieron canciones, como la antes mencionada, que, aunque fueran fabricadas para consumo masivo, llegaron a agradarme, a hacerme corearlas. También agrego que, aunque tuve el disco en mis manos, nunca lo escuché en su totalidad. Me empalagaba tanto algodón dulce.

¿Qué agregó Coldplay a su discografía en los años que sucedieron? No lo se. Un día me encontraba curioseando algún canal de videos musicales y alcancé a ver Speed of sound (creo que así se llama, sino, corríjanme). Me golpeó como trago barato, me dejó en estado de inconsciencia, del que tampoco quiero reponerme, y los deseché para siempre.


Nunca más vuelvo a tomar compadrito, diría alguien con resaca, después de un tiempo se olvidan y repiten la borrachera. Bueno, hace mucho tiempo que decidí no tomar hasta caer ebrio y lo estoy logrando. Así es que creo con certeza que nunca más consumiré Coldplay después de la jaqueca que me generó.

Hace una semana decidí volver a oírlos para poder escribir este artículo, además del interés que les tomé por la primera presentación que harán en nuestro país. Descargué dos discos suyos de Internet: Parachutes y Viva la vida (2008), el primer y el último LP de los británicos, respectivamente. Me atreví a escuchar el segundo en primer lugar para no tomarlo prejuiciosamente y poder tener una postura imparcial, ya que hace muchos años que tampoco escuchaba al paracaídas. Escuché y observé los videoclips de este nuevo material con ahínco profesional, ya que no lograron para nada conmoverme, menos escuchar con atención, los tracks que se iban escapando de mis oídos. Se me perdían y la distracción era irremediable. Lo tuve que repetir 7 veces para lograr tomarle interés y poder escribir un juicio justo.

No redactaré mi opinión sobre el contenido musical de Viva la vida porque concluí yo mismo que era exactamente eso: una opinión; un punto de vista subjetivo en mi postura de letargo permanente. Pero como dije antes y reafirmaré ahora que los deseché para siempre, tan solo con verlos ahora disfrazados de "revolucionarios"(mi asombro fue mas aterrador cuando vi la portada de su LP), uno de esos como de los que me escondía para escuchar Parachutes en mi cuarto, en secreto.

No hubiera soportado escribir este texto sin escuchar al mismo tiempo el disco de bar pequeño, el íntimo, el espontáneo, el tímido pero orgulloso Paracaídas, que parecía pronosticar la caída venidera de sus creadores.

¿Con qué palabra o frase hubiera exteriorizado mi reacción ante la llegada de Coldplay a Lima, hace aproximadamente 6 o 7 años?

Estoy casi seguro que sería la misma que diría ahora: Espero que toquen muchas del Parachutes.


¿Cuál sería la tuya?











2 comentarios:

  1. Bueno no puede dejar de comentar ya que sin duda alguna estas hablando del mejor disco brit pop rock de la decada y como aporte te dejo el The man who de Travis que para mi esta en segundo lugar.
    Ahora no creo que el segundo disco de colplay haya sido evocado a vender mas, eso solo que despues de cantar 1 tienes que seguir con 2 y luego con 3. La musica tiene que evolucionar crecer con el mis crecimiento personal.
    Ejepmlo de eso seria el segundo disco de The strokes que suena al lado B del Is this it otro de los grandes disco de la decada, y recobre las esperanzas con el FIRST IMPRESSION OF THE EARTH el cual sin duda nuestra la madurez o evolucion del grupo.
    Lo cierto es que para mi despues del A rush a blood to the head no hay nada.
    Aunque respeto a la gente que venera al ultimo disco, pero quizas no escucharon el Parachutes en el 2000, ya son otros epocas.

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  2. era mismo crecimiento jajaja sorry estoy algo apurado con esto de mis trabajos

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